Con tantas aplicaciones de finanzas personales en el mercado, hay una presión para que registres todos tus gastos de manera minuciosa; sin embargo, esto llega a ser abrumador y es fácil abandonar ese propósito.
De hecho, en un artículo en el Wall Street Journal, apuntan: “Hacer un seguimiento hasta el último dólar de su gasto mensual puede parecer empoderador al principio, pero es difícil de sostener, como una dieta de choque, dijo Kenny Senour, planificador financiero en Denver.”
Sugieren el uso de porcentajes como los que maneja Elizabeth Warren autora del libro All your Worth: Ultimate Lifetime Money Plan, quien expone un método sencillo a base de fracciones y fija un 50 por ciento de los ingresos en gastos imprescindibles; un 20 en el ahorro y un 30 para satisfacer tus gustos o necesidades.
Por mi parte, creo que la idea es buena por su simplicidad, pero los porcentajes habrán de ser definidos por las características de la persona; veamos.
1.- El ahorro debe ser lo primero a separar y para depositarlo en alguna cuenta de inversión. Un 20 por ciento es excelente, porque según los cálculos de la OCDE te serviría para tener una vejez digna.
Empero, para un obrero que apenas le alcanza para comer sería un porcentaje excesivo, mientras que a un joven subsidiado en casa de sus papás sería uno muy reducido.
Por tanto, puede ser desde un 5 o 10 por ciento como mínimo, hasta un 80 o 90, dependiendo del caso que se trate. Lo importante es entender que el ahorro te da tranquilidad de corto, mediano y largo plazo; es decir, para las contingencias inmediatas, para cumplir tus intereses personales y para asegurar un buen retiro.
2.- Con el actual proceso inflacionario es imposible fijar una proporción única para los gastos cotidianos, pues está en función de la canasta de consumo de cada familia y es determinado por su nivel socioeconómico, gustos y preferencias. Lo mejor es hacer un presupuesto con los conceptos más generales y de ahí estipular la fracción viable.
3.- Habiendo decidido los dos puntos anteriores, el remanente es para darte tus gustos. Los cuales sopesaras con tu ahorro. Así, si deseas invertir una mayor cuantía, deberás restringirte de esos placeres.
Una limitante de este enfoque es que no todos los meses son iguales en términos de flujo de gasto y eso complica aplicarlos unilateralmente. Podrías ir compensando durante el año. Por ejemplo, si tu meta es ahorrar el 20 por ciento y solo pudiste un 15, busca en otros meses elevarlo para reponerlo.
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