¿Trabajas para un líder de corta estatura emocional?
- Alberto Tovar
 - 6 sept
 - 2 Min. de lectura
 

Hay líderes que arrastran un “complejo de corta estatura emocional” y para sentirse grandes eligen rodearse de personas menos inteligentes. Por más talento que aportes, si destacas, te perciben como amenaza y tratan de opacar tu brillo. En lugar de impulsar tu desarrollo, prefieren el control. Esa actitud frena el crecimiento individual y deteriora la salud del equipo y de la organización.
Las causas varían: síndrome del impostor y miedo a quedar expuesto; narcisismo con aversión a ser opacado; inseguridad ante la pérdida de control; arrogancia sustentada en la idea de tener siempre la razón; e incluso envidia del talento ajeno. El desenlace coincide: un clima tóxico que inhibe la innovación y el aprendizaje.
Para quien le reporta, el problema es serio, pues detiene el progreso, reduce la motivación, incrementa la rotación y expulsa al talento clave. Este estilo de liderazgo alimenta el estrés y el desgaste emocional, efectos que dañan al equipo y al desempeño global de la empresa.
Desde el coaching ejecutivo, es posible abordar este fenómeno mediante una retroalimentación 360 que recoja la mirada de subalternos, pares y jefes. El propósito consiste en evidenciar que liderar exige menos alarde y más habilitar el lucimiento de otros para alcanzar los objetivos.
Conviene rodearse de personas brillantes, más aún en un contexto de avances tecnológicos acelerados y mercados inciertos. Esa elección revela humildad e inteligencia estratégica. Los líderes exitosos construyen equipos complementarios y diversos, capaces de cuestionar con rigor sus ideas e impulsarlos a crecer.
Como colaboradores, vale la pena permanecer atentos a las señales de un liderazgo limitante. Si tu jefe minimiza tus aportaciones, bloquea de manera recurrente tus iniciativas o teme tu avance, quizá trabajes en un entorno que penaliza la excelencia en vez de reconocerla.
Prolongar la estancia en un equipo conducido por alguien con “complejo de corta estatura emocional” constituye un error estratégico capaz de frenar tu trayectoria profesional.
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