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Reto financiero: domina tu ciclo de vida


Por un cambio en el contexto sociocultural y los avances tecnológicos y médicos, se menciona que a partir de la generación de los millennials se observa un desajuste en el ciclo de vida, extendiéndose alrededor de 10 años más. Esto se refleja en la decisión de los jóvenes de permanecer en el hogar paterno, retrasar el matrimonio y demostrar menos inquietud respecto a la construcción de un patrimonio. El problema es que esta creencia podría provocar la trampa de creer que contamos con más tiempo para elaborar un plan financiero.

Incluso, si este punto es verdadero y la expectativa de vida se ha prolongado, el ciclo persiste con todas sus etapas y desfases. Atrasar determinados acontecimientos no elimina la necesidad de un enfoque financiero en previsión de los ineludibles eventos por venir.

1.- Juventud: este periodo es fundamental para familiarizarse con conceptos tales como el ahorro, la inversión y el endeudamiento. Comprender la importancia de la planificación y apreciar el costo de oportunidad inherente a las decisiones tomadas. En este contexto, la educación financiera es un pilar a menudo subestimado.

2.- Inicio de la carrera profesional: en esta fase, suele existir un acceso a los recursos financieros. Sin embargo, es el punto de partida para asumir compromisos, tales como la independencia o la compra del primer vehículo. Resulta esencial establecer un presupuesto personal que permita, tanto el disfrute del presente como la planificación responsable del futuro.

3.- Comienzo de la convivencia en pareja: la unión con un@ compañer@ sentimental puede desencadenar sinergias financieras mientras ambos contribuyen económicamente. No obstante, también surge el riesgo del derroche y la posibilidad de desatender las próximas etapas.

4.- Convertirse en padres: la crianza de los hijos conlleva gastos en educación, atención médica y actividades extracurriculares, que se acrecientan con la formación universitaria. Además, esta fase demanda contemplar seguros y testamentos para garantizar la seguridad familiar ante imprevistos.

5.- Preparación para la jubilación: una pregunta que con seguridad aparecerá es: ¿Cómo deseo vivir al retirarme del trabajo? La respuesta orientará las inversiones y ahorros emprendidos, considerando las fluctuaciones inflacionarias y los costos proyectados.

6.- Vejez: en esta última etapa, los resultados de la planificación (o su ausencia) se hacen evidentes. En ese momento, la creación de un fondo de emergencia y la inversión en productos financieros de bajo riesgo pueden proveer una invaluable tranquilidad.

Indistintamente de la fase del ciclo en la que uno se encuentre, la planificación financiera representa una labor continua que exige revisión y adaptación constante.

¿Tienes claro tu ciclo de vida? Coméntame en Instagram: @atovar.castro y sígueme en el podcast “Dinero y Felicidad”, en Spotify, Apple Podcast, entre otros.

Twitter: @albertotovarc

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