Al iniciar un año, solemos plantearnos objetivos que mejoren nuestra existencia, como ser más puntuales, hacer ejercicios todos los días, seguir una alimentación equilibrada o empezar a ahorrar. Sin embargo, enfrentamos un gran reto: las costumbres se encuentran arraigadas en el cerebro.
El neurocoaching brinda estrategias basadas en el conocimiento de cómo funciona el cerebro para facilitar cambios duraderos en los hábitos. La automatización de estos involucra a los ganglios basales, una parte esencial en la creación de patrones de conducta. Otras áreas, como la corteza prefrontal y el cerebelo, contribuyen a que las acciones se repitan hasta volverse habituales.
Cuando un comportamiento se automatiza, interviene menos el cerebro en la toma de decisiones y el control consciente, permitiendo economizar recursos y ejecutar acciones de forma eficaz con mínimo esfuerzo.
El neurocoaching sugiere que, para alterar estos patrones, debemos entender nuestras motivaciones y detectar los estímulos que desencadenan las costumbres.
Avanzar es complejo, pero hay principios básicos a considerar:
1. Los hábitos no desaparecen, se reemplazan. Identifica los estímulos de los hábitos actuales y sustituye la acción no deseada por otra más provechosa que responda al mismo disparador.
2. La repetición es necesaria para instaurar el nuevo hábito. La constancia es crucial y la práctica regular refuerza las conexiones neuronales que soportan la costumbre adquirida.
3. Asocia una "ganancia" al cambio, que motive y genere la sensación de mejora, para evitar volver al patrón anterior. Esta recompensa actúa como un estímulo positivo para afianzar la nueva práctica. En pocas palabras se trata de darte un premio por lograrlo.
4. Implementa modificaciones pequeñas y manejables, evitando así sentirnos abrumados y fracasar prematuramente. Los pequeños avances se suman y contribuyen a cambios más grandes.
5. Comprender las razones tras tus hábitos actuales ofrece pistas para transformarlos. A menudo, están vinculados a necesidades emocionales o patrones de pensamiento que también deben ser considerados.
6.- Practicar la conciencia plena (mindfulness) te ayuda a ser más consciente de tus hábitos y comportamientos automáticos. Esto puede darte la oportunidad de pausar y elegir una acción diferente en respuesta a una señal habitual.
7. Sé paciente contigo mismo y reconoce que el progreso tiene altibajos.
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