Si queremos obtener un rendimiento elevado en las inversiones con el menor riesgo posible debemos tener tiempo para aprender, investigar y analizar el día a día de los mercados. Si se complica, la solución es una asesoría, siempre y cuando los montos a depositar lo ameriten.
La primera tarea personal es entender lo básico para dialogar de las diferentes opciones. El segundo reto es encontrar a quien nos ayude.
Confirmemos que tiene la certificación para operar como tal, pero sobre todo que su actitud responda más a un criterio de asesor profesional y no a la de un vendedor.
Les presento algunas características:
1.- Saber escuchar: calibra su disposición para atenderte, averiguar preferencias y dudas. Si por el contrario, empieza a mostrar opciones sin explicar, poco le importan tus necesidades y sólo quiere venderte.
2.- Capacidad de diagnóstico: interpretar lo dicho por el cliente para determinar el nivel de riesgo dispuesto a correr en función de las alternativas del mercado.
3.- Conocimiento: Dominar con profundidad el manejo de los instrumentos de inversión. Es preferible que diga: “lo desconozco y lo voy a investigar”, a mal informar.
4.- Mesurado: una cualidad es la de advertir los riesgos. Con las crisis sucesivas siempre existen inversionistas quienes se quejan amargamente de haber sido atendidos por alguien que omitió explicaciones relevantes.
5.- Proporcionar datos: una realidad en el ámbito financiero es que hay una infinidad de cifras. Las casas de bolsa tienen áreas de análisis que soportan estas solicitudes.
6.- Comprensible: aun y cuando sea experto, que tenga la habilidad de bajar los términos complicados a un entendimiento coloquial, con el objetivo de estar seguro de la decisión.
7.- Verdad ante todo: si descubres que incurre en una falsedad o imprecisión, lo más conveniente es buscar a otro. Sea por ignorancia o por malicia, el perjudicado final eres tú.
La confianza es difícil de ganar y fácil de perder, por eso un asesor debe mantener la certidumbre del cliente y dar la cara en cualquier contexto, incluso con ajustes en los mercados.
Si el promotor esta pensando en el corto plazo y lograr su cuota, jamás te ofrecerá buenas sugerencias.
Aún cuando me refiero al sector financiero, estos mismos criterios aplican a la hora de comprar un seguro o un bien raíz, aprendamos a evaluar a nuestros intermediarios y conocer también sus intereses, que eventualmente se alejan de quien asisten.
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