En muchas ocasiones se le da una connotación negativa a la acumulación de recursos; partiendo del viejo dicho: “el dinero es la causa de todos los males” o la fuerte sentencia bíblica: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos”. Existen anomalías a evitar, platiquemos de algunas de ellas.
Son muy relativos los conceptos de riqueza o abundancia y por eso la reflexión es válida para todos.
1.- Uno de los puntos sensibles es percibir el dinero como un fin en sí mismo y acumularlo sin propósito, como si fuera una adicción; querer más a costa de cualquier cosa. En este sentido, ni siquiera se alcanza a disfrutar y es tierra fértil para los abusos, la corrupción y los latrocinios.
2.- En el otro extremo, está el sentimiento de culpa y tampoco se aprovecha el recurso obtenido; ahora bien, si es producto del trabajo, creatividad y arrojo, no hay razón para el malestar.
3.- Así como proporciona seguridad, también puede dar la sensación de miedo, de que algún día llegue a faltar y eso provoca una posición de tratar de vivir sólo con lo indispensable, manteniendo una pobreza artificial y patológica.
4.- La envidia es una emoción común, porque da la impresión de que “el jardín siempre es más verde en el patio del vecino”. No estoy hablando de aspirar a un mayor nivel de vida o apreciar los aciertos de los demás, sino de esa situación de percibirse inferior.
5.- Hay una derivación con la riqueza que están relacionadas con el “clasismo”; el menosprecio a quien no lo tiene y se convierte en discriminación. En buena medida se genera cuando llega de una manera fácil y sin esfuerzo.
6.- Un aspecto contrario es sentir coraje a quien tiene recursos. Simplemente, recordemos los dichos del presidente al dirigirse con desprecio a los “fifis”, “conservadores”, “neoliberales” o “aspiracionistas”.
7.- Desde una perspectiva espiritual, la avaricia y la falta de caridad serían la penalización para que un “rico sea salvado”; sin embargo, incluso bajo una visión científica, está demostrado con experimentos que uno de los destinos del gasto con mayor satisfacción es ayudar.
El dinero está lejos de definirte como persona; es una herramienta para sobrevivir, lograr tus objetivos, obtener seguridad económica de largo plazo y apoyar a los demás.
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