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“Quiero emprender, pero tengo miedo”


Como señalé en mi entrega anterior, emprender un negocio deja más que la posibilidad de ganar dinero; sin embargo, hay quienes manifiestan que se paralizan ante el temor de fracasar. Les comparto algunas reflexiones al respecto.

Me quedo con una cita de un escritor español del siglo XVI que dijo “El miedo es natural en el prudente, y el saberlo es ser valiente”. El punto central es que te permita actuar y poseas un mayor control sobre las decisiones.

Es normal tener miedo, sólo te propongo que sea racional, en términos de la información requerida para valorarlo y determinar si se continúa con un proyecto o debemos hacerle cambios para garantizar el éxito.

Son cuatro los ámbitos en cualquier empresa y de ahí puedes llegar a identificar el riesgo.

1.- El producto o servicio: Clarifica el acceso a los insumos; la tecnología; el conocimiento; así como el recurso humano necesario para llevarlo a cabo. El diseño de lo que se va a ofrecer y cuáles son las características que darán su preferencia.

2.- El mercado. Es poner la contraparte de lo que pensamos; es probar si las “cualidades” son asimiladas por los consumidores. Hacer pruebas, investigación de mercado, encuestas o grupos de enfoque, podrían proporcionar la información para corregir.

3.- Las finanzas. Aquí se hace el análisis económico estipulando los costos y el pronóstico de ingresos. Un Plan de negocios nos arroja el esfuerzo del área de ventas para lograr el punto de equilibrio lo antes posible; es decir, que al menos se cubran los gastos básicos, considerando una ganancia mínima de sobrevivencia. Esto daría solvencia y la permanencia para consolidarlo con el tiempo. En este tramo, encuentra si tienes el capital suficiente y si se pone en peligro la estabilidad de la casa.

4.- El proceso. Toda empresa implica una logística, tan importante como los elementos anteriores, pues significa la creación misma de lo que queremos. Es el administrar los recursos y conducirlos a buen fin.

Existen un sinnúmero de alternativas para allegarte a los datos; desde contratar a alguien con experiencia, consultar expertos, hurgar en Internet, acercarte a un asesor o coach; o asociarte con personas que aporten diferentes talentos, entre otras posibilidades.

No se trata de dejar de tener miedo, sino transformarlo en acción para realizar la tarea.

Ahora bien, por más análisis de escritorio que hagamos, habrá un momento en el cual será como aventarse a una alberca de agua fría, por más que la toquemos, la única opción es lanzarse de clavado y empezar a patalear.

¿Tienes planes de negocio? Coméntame en Instagram: @atovar.castro

Twitter: @albertotovarc

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