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¿Llevas con equidad de género las finanzas?


La equidad de género se ha venido aceptando cada vez más en todos los aspectos de la vida y aunque falta mucho por transitar, debe reconocerse que las nuevas generaciones la adoptan con mayor facilidad y esto conlleva a una relación de las parejas muy diferente a lo que era antes. Hoy es un anacronismo el estereotipo tradicional de “el hombre proveedor” y la “mujer administradora del hogar”.

Así como las viejas concepciones han provocado el abuso y limitación de la mujer; ahora el reto es que se coordinen, haciendo a un lado el individualismo, con el fin de elevar el grado de bienestar presente y seguridad futura.

En ocasiones, se nos olvida que el matrimonio es una sociedad, en donde dos personas decidieron constituir una empresa llamada familia. Bajo ese paradigma, la singularidad es que se está trascendiendo la voluntad de uno solo, para llevarlo al terreno de la resolución en conjunto.

La dificultad estriba en que, al ser dos, las votaciones dejan de funcionar, pues en caso de disentimiento quedan empantanados. La única manera es hacerlo es a través de un “consenso”; es decir, ambos deben estar de acuerdo en forma unánime y para ello tendrán que convencerse mutuamente.

Partiendo de la confianza, se trata de comunicarse y compartir los datos necesarios para definir los lineamientos financieros del hogar.

¿Por qué es importante establecer este principio en la sociedad matrimonial con equidad de género? Les planteo cuatro razones obvias.

1.- Evitar peleas por el dinero que puedan conducir a una separación o alejamiento.

2.- Crear sinergia para incrementar el patrimonio y proporcione tranquilidad.

3.- Disfrutar lo que se ha obtenido con el esfuerzo de los dos.

4.- Alejar la posibilidad de una crisis económica grave en el hogar.

Lo óptimo sería que ambos tengan una buena disposición hacia este tipo de temas; sin embargo, si alguno “aborrece” hacer cuentas, es factible que el otro se convierta en el “cónyuge financiero”, pero sin que signifique regresar a la autocracia con decisiones unilaterales.

Debe ponerse en la mesa de discusión y que, por confianza plena o convencimiento, se acepten las resoluciones vinculadas con el dinero.

Más allá de la estrategia puntual de cómo se organizan, también es fundamental que cada uno tenga un cierto grado de independencia y posea sus propios recursos para remediar peleas banales o estar obligad@ a “sacar permiso” para todo.

¿Quién lleva la administración financiera en casa? Coméntame en Instagram: @atovar.castro

Twitter: @albertotovarc

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