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Foto del escritorAlberto Tovar

Es hora de que hagas un “Money Date”


Me compartió una lectora: “al iniciar el año me puse a hacer cuentas y me percaté que teníamos muchas fugas de dinero y no sé cómo tocar el tema con mi esposo”. La situación que describe es común, pues se evita con frecuencia hablar de las finanzas del hogar en forma estructurada y sólo se aborda cuando ya los problemas son insostenibles.

En ese caso, es recomendable convocar a un “money date” que consiste en ponerse de acuerdo en día, hora y lugar para conversar en particular de la administración del patrimonio. Para ello, es importante ser muy fríos en cuanto al diagnóstico y más allá de las recriminaciones es presentar el contexto en que se encuentran.

De hecho, esta columna puede ser una buena excusa, porque es usual que el tema del dinero sea difícil de tratar y termine con discusiones. Cuando planteas la reunión queda claro que se hablará de algo concreto y servirá para enfocar las ideas.

La unidad atraviesa una gran prueba ante las crisis; es relativamente fácil pelear por la falta de ingresos suficientes para enfrentar el gasto cotidiano. Existen escenarios que en efecto llegan a la desesperación.

Es el momento para que fluya la información en la familia, pues negarlo de manera irracional conduce tarde o temprano a la insolvencia con enormes cantidades de deuda cara.

Es crucial que estén conscientes sobre las circunstancias y tengan identificados los sacrificios para solventar el vendaval, con la intención de retomar el rumbo en cuanto se tenga una mejor perspectiva.

Es imprescindible establecer compromisos cuando surgen los conflictos monetarios y es menos complicado llevarlo a cabo con una reunión formal. Esto permite liberar la presión.

Incluso, dependiendo de la edad de los hijos se les puede involucrar para hacerlos copartícipes. Al trabajar un presupuesto compartido, se abre la caja negra de los números para sensibilizar a todos.

Para que el intercambio de ideas sea no violento en términos verbales, es fundamental tener claro que la finalidad es avanzar en el patrimonio. Hagamos a un lado recriminaciones; adjetivos; enjuiciamientos; planteamientos demasiado generales; y lo que impida el flujo de la comunicación.

Hay que buscar ser específicos, con solicitudes concretas y el porque son necesarias. Por su parte, los ajustes deben ser equilibrados para ser aceptados.

El reto es evitar, en la medida de los posible, la emocionalidad y el enojo para que salgan los soluciones.

¿Ya has realizado algún “money date” Coméntame en Instagram: @atovar.castro

Twitter: @albertotovarcen

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