Todas las naciones presentan ciclos en su evolución; lapsos anuales en donde se registra un crecimiento, para luego transitar a etapas de menor actividad. México no es la excepción y hoy sufrimos un periodo de “vacas flacas”; la pregunta es cuándo pasará, para aprovechar el momento. La perspectiva es poco prometedora
Requerimos de un incremento de entre 4 y 6 por ciento real en la producción para ver reflejado el auge en las finanzas familiares, a través de mayores oportunidades de empleo y salarios altos. Sin embargo, diversos analistas sitúan el pronóstico para el 2019 prácticamente en cero y con un comportamiento muy similar para el próximo año
De hecho, el documento de Criterios Generales de Política Económica elaborado por la Secretaría de Hacienda pronostica un avance en el PIB de entre 1.5 y 2.5 por ciento para el 2020. Esta es la versión optimista oficial.
En el entorno interno predomina la incertidumbre en los grandes capitales, quienes han visto con escepticismo al gobierno, provocando una lenta aplicación de recursos en nuevos proyectos. Con información a julio la inversión fija bruta cayó 9.1 por ciento comparada con igual mes de 2018.
En el terreno internacional, Kristalina Georgieva, la recién nombrada directora del FMI, afirmó hace unos días que el mundo está viviendo una "desaceleración sincronizada" que le pega a cerca del 90% de los países y hará que "el crecimiento caiga este año a su tasa más baja desde comienzos de la década".
Las expectativas negativas son causadas por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, mientras que ambos están en serios aprietos políticos. Por una parte nuestro vecino del norte con un próximo proceso electoral y el impeachment a Donald Trump y, por la otra, el tigre asiático con su conflicto regional con Honk Kong. En tanto, Europa será afectada por el Brexit de Inglaterra que sin llegar a un acuerdo, derivará también en un menor avance.
Un punto de quiebre importante para México será la aprobación o postergación del TMEC, pues bien consolida la mala perspectiva o mejora en forma considerable. Habrá que estar atentos.
Por lo pronto, el oro, como refugio de los capitales globales cuando hay incertidumbre, ha mostrado una racha ascendente, en camino a sus máximos históricos.
Las esperanzas están situadas en el 2021 en donde pasen ya los conflictos políticos mundiales y que internamente se haya podido eslabonar una estrategia económica coherente y de impulso a la inversión.
Seguiremos en compas de espera y con precaución en las decisiones patrimoniales.
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