Tal vez el 14 de febrero es un mal momento para hablar de dinero, pero la semana próxima podrías empezar a introducir el tema, porque no solo se trata de encontrar el amor, sino de evitar perderlo por discusiones financieras.
Ella, en voz alta, cerca de gritar, le reclamaba a su pareja “¿cómo es posible comprarle al perro tres kilos de salchicha?” y él le contestaba molesto “Tú te gastas una fortuna en el arreglo del pelo y no te digo nada”; la anécdota es real y describe cómo un tema de dinero puede llevar el romance a niveles de coraje, que de escalarse, con el tiempo esta el riesgo de convertirse en un divorcio, pues en el diálogo omití dos o tres insultos que se dijeron en medio de quienes estábamos haciendo fila en salchichonería.
Lo bueno es que sí hay solución para los pleitos monetarios y la forma de hacerlo es establecer un fórmula sencilla de cuatro ingredientes.
1.- Es común hablar de la importancia de la comunicación en las parejas, pero debemos trascender lo superficial y dedicar un espacio para conversar sobre la visión y sueños de nosotros mismos. ¿Cómo nos vemos dentro de 5 o 10 años?
Esto permite alinear objetivos de vida, fijar prioridades y tener metas conjuntas. Es evidente que habrá diferencias, pero es el momento en el cual es posible resolverlos sin una ruptura, pues hay margen para alcanzar un consenso.
2.- Responder a una pregunta básica: ¿cómo nos administramos?; no lo dejemos como algo que sucederá sólo. Define si se llevará un gasto conjunto con el ingreso de los dos o cada quien se encargará de ciertos rubros. No existe una manera ideal de hacerlo, dependerá de la personalidad de la pareja y es fundamental lograr un acuerdo en donde ambos se sientan cómodos.
Elaborar un presupuesto de casa es útil, porque así es posible saber hacia dónde va el dinero y evitará peleas posteriores. También es más fácil realizar los ajustes pertinentes.
3.- Determinar cuánto destinar al ahorro y el objetivo del mismo. Es aquí en donde confluyen las reglas anteriores, las metas y los gastos cotidianos.
4.- Finalmente, es indispensable en esta “receta” respetar los gustos individuales.
Todos tenemos hobbies o actividades que deseamos dejar fuera de la mesa de discusión; por eso, el presupuesto debe de contemplar un monto para cada quien y gastarlo (o ahorrarlo) como la persona lo quiera. Esto dará margen para comprar la comida del perro o disponer para el arreglo de imagen.
¿Qué otros ingredientes crees que hagan falta?
Twiter: @albertotovarc
Comments