Las empresas familiares representan cerca del 95 por ciento de las unidades de negocio establecidas en el país y el patrimonio de sus miembros dependen de su evolución; sin embargo, hay una tremenda mortandad por falta de organización y visión. En este contexto, el coaching es valioso para acercar los intereses del clan hacia un mismo objetivo.
Veamos algunas características para reflexionar sobre ellas.
1.- Con regularidad, el fundador centraliza el poder y todo pasar por sus manos. Si a eso le agregamos que sus miembros son forzados a colaborar, están dejando una muy mala experiencia para continuar y por esa razón podría desaparecer en un futuro.
La participación debe ser retadora, pero agradable, de tal manera que sientan el negocio como suyo para cuidarlo. Es imprescindible evitar a “juniors” que solo llegan a mandar y a gastar; por el contrario, es recomendable enseñarlos a conducir los aspectos cruciales de la compañía y valorarla como patrimonio generacional
Tener la precaución de no frustrar carreras, al obligarlos a llevar a cabo en una actividad que les disgusta. Así, tienes al peor de los ejecutivos y a un hij@ resentid@
Es importante comprender las tres opciones de colaboración: En la gestión; como parte del consejo de administración; y sólo como accionista. Cada una de estas posibilidades tiene aparejado una diferenciación justa de los beneficios económicos y eso deben saberlo para alejar las discusiones.
2.- Otra característica usual, es la forma secreta con la que se manejan las cosas, lo cual aleja a los miembros de la información suficiente para conocer cómo se encuentra la empresa en realidad.
Muchas veces, por las circunstancias que viven los pequeñas y medianos negocios, se tienen dificultades y, ante la falta del fundador, es prácticamente imposible salvarla del quebranto, porque queda sumida en un caos.
En cuanto a la transparencia de la propiedad, se desea que l@s hij@s entreguen su futuro profesional, pero no tienen claro cómo serán repartidas las acciones y el control. Esto es una invitación a una pelea entre los descendientes.
3.- Una posición que atraviesan los jóvenes en la compañía de sus papás es que nunca se les estimula a participar y la ven como la caja registradora de donde sale el dinero para todo lo necesario, l@s hij@s se van hacia otros intereses y al final, cuando los padres ya son incapaces de atenderla, les preguntan si quieren manejarla. En la mayoría de los casos es demasiado tarde.
En el entorno descrito, es valiosa la ayuda de un coach que haga ese vínculo de información y comprensión entre las generaciones para llegar a acuerdos dentro del protocolo familiar.
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