Al haber compartido el tema del coaching en mis columnas, podcast y redes sociales, han surgido preguntas, que abordarlas dejaría más claro un proceso que resulta de gran utilidad.
1.- ¿El Coaching es como una terapia, mentoría o consultoría? Ninguna de las tres, porque no se tratan casos patológicos que corresponderían a un psicólogo; tampoco se busca dirigir al cliente a que haga algo específico o decida en función del mapa mental del coach.
Es un acompañamiento en las propias decisiones del coachee y aspira a potencializarlo para sacar lo mejor de él o ella. Con base en cuestionamientos, se le apoya para que llegue a sus propias conclusiones.
2.- ¿Cuánto dura un proceso de coaching? Típicamente son ocho sesiones o menos, dependiendo de la meta o problema que quiera tocarse. A nivel directivo o empresarial es excelente contar con un coach permanente para confrontar mejor sus decisiones.
3.- ¿Cualquier coach es igual? Están presentes ciertas metodologías que se usarán de manera general, pero cada uno aporta su experiencia y especialidad, tanto en el coaching como en su trayectoria profesional. Es importante que tomes en cuenta sus características para elegir el mejor para ti.
Como en toda actividad hay buenos, regulares y malos; con frecuencia la sesión introductoria es sin costo para evaluarlo.
4.- ¿Cuántos tipos de coach hay? Existen una infinidad de orientaciones, el deportivo, PNL, ontológico, sistémico, financiero, de vida, ejecutivo, de equipos. Es cuestión de que investigues cuál es el mejor para ti.
5.- ¿A qué niveles se aplica el coaching en una organización? Desde el personal operativo con la configuración de equipos de trabajo, hasta gerencial y alta dirección. Puede tratarse de proyectos específicos o alinear los objetivos de la organización para alcanzar las metas trazadas.
7.- ¿Sólo es para el entorno de las compañías? Definitivamente no; se puede enfocar también a objetivos cotidianos de vida, financieros, empresariales, etc.
Cualquiera con una meta o problema que le ha sido arduo afrontar, tiene la opción de recurrir a un coach y probar esa metodología. Es un paso de humildad, al significar el reconocimiento de que es complicado enfrentarlo y requiere ayuda.
Vale la pena considerar esta alternativa, porque es posible entrar a dificultades muy pragmáticas, en donde hay un atorón y se tiene todos elementos para salir adelante; sólo es necesario el apoyo de alguien que te acompañe en el proceso.
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