Como lo comentaba en la entrega anterior, los asuntos de dinero llegan a provocar discusiones con la pareja, los hijos y los amigos. Una conversación mal manejada puede ser el origen del distanciamiento o el quebranto de la relación. Por eso, es importante contar con los elementos básicos para construir una comunicación no violenta en términos verbales y productiva en su resolución.
1.- Una primera sugerencia es que antes de hacerlo con alguien, redactes tus pensamientos y lo hagas en forma espontánea, sin medir, ni quitar nada. Esto es un desahogo parar liberar la mente y luego analizar el escrito con la finalidad de “limpiar las ideas”.
2.- Vuelve a redactar el manuscrito siendo muy preciso en las cosas concretas que quieres expresar, con hechos específicos e incuestionables, presentar tu preocupación o molestia por las razones que consideres.
Descarta generalizaciones, adjetivos, ironías, adivinanzas de lo que piensa el otro; es decir, todo aquello que enturbie la comunicación.
3.- Se estratégico, procurando un momento y un lugar oportuno para el diálogo. Muchas de las discusiones están destinadas al fracaso por no haberlo llevado a cabo en buenas condiciones.
4.- En ocasiones sólo ponemos énfasis en la elaboración de un mensaje y perdemos de vista lo transmitido por el lenguaje no verbal y, aún más relevante, dejamos de lado la empatía con nuestro interlocutor. Un principio fundamental es que la contraparte esté dispuesta a escuchar y enfrentar un determinado problema.
5.- Cuando plantees tus ideas, recuerda que la comunicación va en dos caminos y debes dar espacio a que la otra persona explique y exprese sus puntos o sugiera propuestas.
Es posible que recrimine o “ataque”, pero en la medida que se busque una posición conciliadora con los beneficios mutuos de llegar a un acuerdo, podrá haber una conclusión adecuada.
6.- Un reto es el nunca olvidar el objetivo final, desviándose hacia otros temas porque será imposible avanzar y se terminará en una pelea sin sentido.
7.- Recuerda que se trata de generar empoderamiento para resolver una situación específica y actuar en consecuencia. Aun cuando uno tenga una salida, es esencial explorar alternativas de ambas partes.
Debemos aceptar que la comunicación de ciertos temas siempre será complicada y es un error minimizarlo. Por eso, en función de su relevancia, vale la pena aplicar una metodología como la descrita para evitar un conflicto grave y, sobre todo, alcanzar una solución de los inconvenientes.
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