Si nos parece complicada la administración personal, subimos de intensidad al llevar un presupuesto en pareja; sin embargo, vale la pena el esfuerzo porque se obtienen grandes beneficios en términos de lógica en el gasto, ahorro y propósitos en común.
La convivencia está cambiando con la sociedad, cada vez son más quienes deciden no casarse y el número de divorcios ha aumentado, por lo que las parejas buscan tener independencia financiera y manejar su dinero con individualismo.
Al vivir como roomies, cada quien se encarga de sus gastos, sin meterse en la vida del otro y eso da una sensación de libertad; empero, el riesgo es que exista un desenfoque de las metas familiares.
Les expongo algunos pasos que pueden seguir para empezar a realizar este trabajo en conjunto y mantener autonomía.
1.- La energía para ponerse de acuerdo viene de la coincidencia en las metas, en tener un visión compartida de lo que se quiere lograr en familia. Definición de proyectos, como educar a los hijos; adquirir una vivienda; o salir de vacaciones, dan una justificación para negociar en los gastos y determinar un objetivo de ahorro.
2.- Para que sea más sencillo, fija los conceptos básicos en los cuales estará basado el presupuesto y así ambos hablarán de lo mismo. Por ejemplo, renta, víveres, diversión, etc. Es mejor agregarlos por ideas genéricas para simplificar.
3.- Con el fin de evitar discusiones y que la tarea sea difícil, la recomendación es que hagan por separado un análisis de la distribución de las erogaciones con su propia lógica. Podrán comparar los resultados y buscar los acuerdos. Con seguridad, se complementarán y se ira perfeccionando con el tiempo.
4.- De lo anterior surgirá un presupuesto mensual para el año, de tal manera que será la guía para los dos, pues se estará cumpliendo también la meta de ahorro. De aquí se derivan acciones específicas y cómo se llevarán a cabo.
Compartir una tarjeta de débito o crédito facilita el proceso para que todo vaya dirigido a una sola cuenta.
5.- Es importante dejar espacio a la independencia y que una fracción quede para ser manejada como convenga a cada una de las partes. Por muy pequeña que sea, eso da la sensación de autonomía y ayuda a la relación, además de generar un ahorro personal.
6.- Incluso, si la pareja desea operar con mayor libertad, este método permite hacerlo, porque se aportarán cantidades justas a un gasto en común y el resto dependerá de los ingresos de ellos.
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