Cercano el cierre del año, creo útil ver los acontecimientos en retrospectiva para aprender de ellos. Sin duda, es un punto de inflexión para la humanidad, tanto por la contingencia de salud, como por sus efectos en la interacción social y la crisis económica. Fue una sacudida que debe hacernos a todos reflexionar.
1.- Ahora queda más que claro; lo inesperado sucede y se cumple la advertencia de Nassim Nicholas Taleb sobre los “cisnes negros” como eventos que transforman por completo la perspectiva futura. El reto, es ser hábiles para adaptarnos al cambio.
2.- Hoy lo sabemos, nada es “totalmente seguro”; siempre existe un riesgo. Lo experimentamos, hubo negocios rentables que quebraron y trabajos estables que desaparecieron. Ha sido un lapso en el tiempo en donde la mayoría perdió algo.
3.- Desde el inicio del año, la salud y la muerte han estado en nuestra realidad, en las conversaciones y decisiones ordinarias. Nos dimos cuenta de la fragilidad de la vida en términos de enfermedades y eso debe hacernos pensar, en si estamos listos para las contingencias.
4.- Para muchos el “ir a trabajar” cambió de manera radical, nos alejamos de la oficina y arrancamos un largo proceso de aislamiento que ha sido difícil y nos cuestionó si estábamos preparados para hacerlo a distancia. Las relaciones se modificaron en lo social, familiar y lo laboral.
5.- Para quienes decían “yo sólo me preocupo por el hoy”, ocasionó un tremendo problema de viabilidad y los condujo a una quiebra, elevando el endeudamiento. Por supuesto, también para quienes les agarró esta crisis en medio de una situación complicada que es probable todavía no solucionen. Está de manifiesto la importancia de llevar una buena administración de las finanzas personales.
6.- Si ya era trascendente, en este momento la tecnología se ha vuelto imprescindible en el uso cotidiano, se aceleró el requerimiento y nos convenció de lo relevante que es estar actualizado en las plataformas para interactuar remotamente. Ha ayudado a realizar nuestras tareas diarias, a ser productivos, a comunicarnos y a sobrevivir en muchas de las connotaciones de esta palabra.
7.- Dentro de todo lo malo, también se presentaron diferentes oportunidades y aprendizajes en el camino. Algunos tuvieron la posibilidad de transformar la crisis en éxito comercial o laboral y, para quien no fue así, está el gran reto de lograrlo.
Quedan preguntas para cada uno de nosotros ¿Cómo salimos del 2020 en lo financiero, en lo personal y en lo espiritual?... ¿Mejor, peor?… ¿Cómo debemos de enfrentar el 2021?… Dejemos este planteamiento para mañana en este mismo espacio.
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