La secuencia de eventos es una “tormenta perfecta”; entra López Obrador y genera incertidumbre en el capital privado; suspende obras y detiene reformas; establece una austeridad republicana; el mundo cae en una pandemia; se desploma el precio del petróleo; hay una fuerte depreciación del peso; un crac en los mercados financieros; y el distanciamiento social hace bajar la demanda interna en una infinidad de sectores, además de dificultar los procesos de producción.
Lo anterior son hechos y la pregunta es: ¿Cuánto tiempo tardarán en recuperarse México y el mundo? Si ya de por sí había una mala expectativa para el 2020, ahora nos espera una larga recesión.
Los mexicanos tenemos experiencia en momentos de crisis, pues nos hemos curtido en ellas y debemos de mandar señales a las nuevas generaciones sobre la actitud y cuidados a considerar.
1.- Revaluar la fuente de ingresos en términos de estabilidad. Existen casos que no tendrán consecuencia, porque la empresa es sólida y se puede laborar a distancia. Habrá otros en que la compañía quiebre o prescinda de personal.
Al ser profesionista libre o empresario, es fundamental poner la cabeza en el congelador y tomar decisiones encaminadas a garantizar la viabilidad de largo plazo.
2.- De mantenerse la depreciación del peso, afectará tarde o temprano a la inflación y con ello el poder de compra de nuestro salario. Es preferible ajustar el presupuesto con antelación para tener cierto margen de maniobra.
3.- Ante el peligro de contagiarse, debemos de tener en claro que el sector de salud pública no tiene capacidad para una demanda excesiva, por lo que es recomendable adquirir un seguro de gastos médicos.
De contratarlo, confirmen si esta cubierta la pandemia de Covid 19. Según mis fuentes habrá de esperarse 30 días después de emitida la póliza para que puedan reembolsarse los gastos. Si es así, entre más pronto lo hagan, mayor probabilidad hay de que sea útil.
4.- Con la desesperación de quedarse sin ingresos, las personas tienden a endeudarse, lo cual es delicado desde la perspectiva de la salud financiera; sobre todo si se hace a través de tarjetas de crédito, peor todavía si es con casas de empeño o usureros.
Si no existe alternativa, tomen créditos con el mayor plazo posible y tasas bajas. Otra opción es deshacerse de algún bien raíz antes de apalancarse.
5.- Obliga la prudencia con el patrimonio, al estar los mercados muy volátiles y sería preferible los fondos de inversión o instrumentos bancarios. En este momento, la cobertura en dólares tiene un riesgo alto por el alza del tipo de cambio, pues puede bajar y tener pérdidas.
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