Hace unos días se registró una fuerte caída en los mercados internacionales al darse a conocer la insolvencia del gigante inmobiliario chino Evergrande, al ser incapaz de enfrentar sus compromisos de deuda. Más allá del mercado accionario y los negocios, me toco ver un reportaje en donde entrevistaban a un ciudadano de aquel país que con pesar externaba su preocupación por el incumplimiento en la entrega de su departamento. Pues lo mismo está pasando en México en forma silenciosa.
Evergrande es el desarrollador más importante de China y una de las compañías de mayor tamaño en el mundo por sus ingresos y se metió en dificultades porque no ha podido vender sus activos y ahora amenaza con generar un impacto sistémico en el sector bancario.
La diferencia con México es que una gran parte de las constructoras se encuentran fuera de la bolsa de valores y, por lo tanto, desconocemos sus estados financieros, pero es un hecho que enfrentan una problemática de viabilidad y para algunos casos en particular estarían al borde de la quiebra.
Lo anterior tiene graves consecuencias para las decisiones de compra de bienes inmuebles, pues si de por sí hay retrasos en las entregas, podría profundizarse hasta la total falta de cumplimiento de los acuerdos.
Esto es así por la manera de operar de las constructoras que se apalancan con crédito bancario y con los mismos clientes a través la “preventa”.
Fueron afectadas seriamente por la contingencia de salud. Con el avance del trabajo remoto, la expectativa en México es que con lo construido para oficinas está sobre ofertado al menos por cinco años.
También se detuvo la venta de viviendas. El consumidor pensaba más en la pandemia que en comprar; las restricciones de movilidad impedían mostrar las unidades; se perdieron plazas laborales; y se presentó una falta de financiamiento.
La duda, ya que empieza a despertar el mercado, es si podrán revertir esta tendencia y recuperarse.
Al preguntarles, es obvio que hablaran muy bien de sus empresas y no sabemos cuáles están en capacidad de cumplir o fallarán con sus compromisos. Recordemos que ante el boom inmobiliario previo a la pandemia surgieron constructoras improvisadas sin experiencia.
Si planeas adquirir en preventa ten mucho cuidado con quien haces el contrato para evitarte dolores de cabeza. Investiga lo que puedas sobre su solvencia financiera y moral, además de inspeccionar las obras en donde supuestamente están edificando.
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