¿Sabías que muchas decisiones no son tan racionales como creemos? Los sesgos cognitivos influyen significativamente en el comportamiento financiero. Dan Ariely, en su libro “Predictably Irrational”, desafía la idea de que actuamos con pura lógica económica. A través de experimentos, muestra cómo factores irracionales y emocionales dictan las elecciones.
Comprender estos comportamientos nos proporciona herramientas para enfrentar la administración del dinero con ojos críticos y tomar decisiones informadas. Aquí algunos de estos sesgos:
1.- Efecto de anclaje: ocurre cuando damos un peso excesivo al primer dato que recibimos, influenciando nuestras decisiones subsecuentes. Por ejemplo, si el primer precio que vemos para una casa es alto, puede establecer un "ancla", haciendo que otras cotizaciones similares parezcan más razonables.
2.- Relatividad: las decisiones a menudo dependen de comparaciones en lugar de análisis objetivo. Por ejemplo, podríamos sentirnos satisfechos con nuestro salario hasta que descubrimos que un colega gana más por la misma actividad. Este conocimiento puede conducirnos a buscar un aumento o incluso cambiar de empleo.
3.- Efecto del costo cero: lo gratis tiene un atractivo especial. Por ejemplo, se podría optar por una tarjeta de crédito sin anualidad, aunque la tasa de interés que cobra sea mucho más alta.
4.- Influencia del estado de excitación: Las decisiones en momentos de alta emoción nos llevan a compras impulsivas o a tomar inversiones de riesgo elevado.
5.- Procrastinación y autocontrol: postergar decisiones financieras importantes, como comenzar a ahorrar para la jubilación. Este aplazamiento puede deberse a la aversión al esfuerzo inicial de establecer una cuenta de ahorro.
6.- Efecto dotación: describe la tendencia a sobrevalorar lo que ya poseemos. Un propietario tiende a estipular un precio de su casa alto, lo que dificulta la venta a un valor de mercado razonable.
7.- Mantener siempre opciones abiertas: Las personas tienen una tendencia irracional a sostener el mayor número de alternativas, incluso cuando esto conlleva costos significativos en términos de tiempo, dinero y energía.
8.- Efecto de las expectativas: los productos y servicios pueden tener asociada una imagen determinada y altera las creencias y la experiencia sensorial real. Esto es precisamente lo que hace la publicidad para generar una mayor percepción de estatus y justificar el sobreprecio de un artículo.
9.- Influencia del precio en la percepción de calidad: A menudo asumimos que una cotización elevada está relacionada a un producto mejor, lo cual puede no ser siempre cierto y provocar un gasto excesivo.
Existen muchas más posibilidades de irracionalidad en nuestras decisiones financieras. Lo importante es ser conscientes de esta tendencia y cuestionar las elecciones para asegurarte de que realmente reflejan tus necesidades y objetivos.
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