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¿Debo impulsar a mis hijos a ser empresarios?




México lleva décadas registrando un crecimiento mediocre que no ha sido suficiente para dar empleo a todos los jóvenes que se integran al mercado laboral cada año y aunque la actual administración tiene buenas intenciones, seguimos inmersos en una grave desaceleración productiva. Las consecuencias son la desocupación, bajos salarios y la proliferación de la economía informal.

En este escenario, hablar de impulsar a los hijos a ser empresarios tiene mucho sentido; así procuran su propios ingresos; dan oportunidades a otros; y, dicho sea de paso, generan riqueza, porque es en esa actividad en donde hay probabilidad de construir un patrimonio por arriba del promedio.

Sin embargo, ser empresario tiene que ver con una vocación y una manera de enfrentar la vida, pues implica una predisposición a tomar riesgos; estar dispuesto a perder en ocasiones, hasta encontrar el área en la cual se obtendrán las percepciones deseadas.

Por otro lado, es común que los hijos se vean influidos por la ocupación de los padres y si estos son empleados, difícilmente verán el emprendimiento como algo “normal” y deberán hacer un esfuerzo mayor para entrar en ese nivel de pensamiento.

En ese contexto, podría ser conveniente dirigirlos hacia instituciones académicas que tengan como parte esencial de su programa de estudio el lanzar empresas, llevando a los muchachos a la práctica para que puedan realizarlo con una menor probabilidad de fracaso, mientras en casa se les anima y apoya.

Si los padres son emprendedores es importante involucrar a los hijos en su experiencia; que entiendan los riesgos, pero también la factibilidad de ganar grandes cantidades de dinero, y ayudarles a buscar el concepto de negocio en donde se sientan cómodos y lo disfruten. Evitar la queja permanente porque sería un disuasivo.

En el caso de estar dentro de una empresa familiar, es imprescindible inculcarles la pasión por la compañía y armar un protocolo para transmitirles las reglas de cómo pueden incorporarse, pues ya poseen un patrimonio que además de usufructuar, deben hacerlo crecer para las generaciones siguientes. Claro, siempre dando la posibilidad de que al final del camino sea una decisión de ellos si entran al negocio, forman el suyo propio o si desean laborar en una ámbito totalmente diferente.

¿Te gustaría emprender?

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Twitter: @albertotovarc

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