La semana pasada expuse la problemática salarial de los millennials en relación con el mercado laboral (EF, 15 de agosto); sin embargo, no deja de ser una generalidad y hay quienes están por arriba del promedio e incluso reciben ingresos significativamente altos. En dichos casos, lo que es importante vigilar es su viabilidad de mediano y largo plazo.
Es un tanto arbitrario los lapsos considerados para la definición de las generaciones, pero si pensamos que los millennials son quienes nacieron a partir de 1980, los “viejos” rondan ya los 40 años. A ellos les toco la transición a una economía digital, logrando colarse en buenas posiciones en esta “nueva” ola.
El periódico Wall Street Journal publica un artículo interesante al respecto, llamado “Los años de altas ganancias de los millennials están aquí, pero no se siente así”
Expone que los datos de Estados Unidos sugieren que, a pesar de tener ingresos elevados, podrían encontrarse en una situación de inseguridad financiera comparada a otras generaciones cuando tenían la misma edad.
En particular, sobresale la mayor relación deuda-ingresos y otras obligaciones financieras que presionan los presupuestos.
“Los trabajadores alcanzaron su pico de ingresos semanales medios entre las edades de 35 y 54 años, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Después de ese período, los ingresos individuales suelen disminuir o estabilizarse, pero los trabajadores experimentan el mayor aumento en ingresos al saltar del grupo de edad de 25 a 34 años y de 35 a 44 años.”
Destacan que esos años de altos ingresos coinciden con el momento en que muchos adultos asumen nuevas responsabilidades financieras, como una hipoteca, costos de cuidado infantil o atención de ancianos. Aseguran que los millennials pueden sentirse “exprimidos” mientras hacen malabares con una elevada relación deuda-ingresos.
“En 2019, el Banco de la Reserva Federal de St. Louis encontró que las relaciones deuda- ingresos de los millennials mayores era un 23% más altas de lo esperado, según las generaciones anteriores a edades similares.”
Esto pasa también en México con una propensión desproporcionada a gastar en un mundo lleno de novedades tecnológicas; así mismo, se ha identificado cierta aversión al ahorro o a la formación de un patrimonio como la adquisición de una vivienda.
Por eso, para los jóvenes que les ha ido muy bien económicamente y que en algún momento se convertirán en viejos, es fundamental revisar la administración de su dinero y analizar su viabilidad de mediano y largo plazo para hacer las correcciones necesarias a tiempo.
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