¿Por qué un monje humilde y una persona muy rica pueden valorar el dinero de la misma manera? Ambos coinciden en que el dinero está lejos de genera felicidad; el primero porque vive con modestia y sin deseos económicos, mientras el otro ha tenido tantos recursos que ya no le aportan un mayor bienestar.
Sin embargo, la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera realizada por el INEGI y la Condusef revela que el estrés financiero es una preocupación significativa para los mexicanos. Según este estudio, un 36.9% de la población reporta niveles altos de estrés financiero, mientras que un 34.6% es moderado y un 28.5% bajo o nulo. Es decir, a 7 de cada 10 les vendría bien una cantidad mayor de recursos para elevar su bienestar.
La respuesta a esta posición dicotómica puede encontrarse en el libro "How to Worry Less About Money" de John Armstrong, quien afirma que debemos distinguir entre problemas y preocupaciones financieras. Los primeros están ligados a circunstancias específicas con tratamientos claros, mientras las segundas contienen un componente emocional susceptible de percepciones diferentes según la persona.
Los problemas de dinero son situaciones que requieren atención inmediata y prácticas, como aumentar ingresos, reducir gastos o reestructurar deudas. Por otro lado, las preocupaciones sobre el dinero, según Armstrong, son más abstractas y reflejan nuestros miedos, ansiedades y expectativas sobre el futuro y las decisiones pasadas.
No tener suficiente para la alimentación, ser incapaz de poder proporcionar buena educación o salud a la familia son problemas reales que deben ser enfrentados y cuya resolución mejora claramente el bienestar y la felicidad, tal como indica la encuesta de estrés financiero.
En términos de preocupaciones, estas tienen que ver más con aspectos psicológicos, culturales y de presión social. Se piensa erróneamente que la "simple acumulación de dinero" eleva la felicidad o nos da mayor reconocimiento.
He interactuado con personas que, a pesar de haber construido un patrimonio enorme, siguen sintiendo miedo sobre su futuro; una situación que puede trabajarse y ser aliviada.
El problema financiero tiene, por supuesto, un tratamiento, aunque no siempre sea agradable, ya que implica moderación o un mayor esfuerzo para generar ingresos.
La relación con el dinero es compleja y multifacética, abarcando tanto aspectos tangibles como emocionales. Es crucial aceptar esta dualidad para abordar de manera efectiva el estrés financiero y así fomentar una salud económica integral que no solo asegure la estabilidad, sino también la tranquilidad mental.
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