En el transcurso de su carrera, todos los directivos se enfrentan en algún momento a desafíos que, a primera vista, parecen insuperables. En este contexto, es imperativo contar con una metodología que no solo les facilite identificar y desenredar estos retos, sino que, además, les ayude a trazar un camino claro hacia soluciones efectivas y sostenibles.
Dentro de las múltiples opciones, vale la pena considerar el modelo SCORE, adaptado de la programación neurolingüística al ámbito del coaching ejecutivo. A continuación, te ofrezco una descripción de este acrónimo.
1.- Síntoma: La identificación puede variar desde aspectos muy concretos, como una disminución en los ingresos o en la cuota de mercado, hasta cuestiones más cualitativas, tales como un descenso en la motivación del equipo o un aumento en los niveles de estrés. Es crucial reconocer estos indicios con precisión y honestidad, ya que actúan como señales tempranas de problemas más complejos que requieren una atención inmediata.
2.- Causa: El paso subsiguiente implica investigar el origen de estas dificultades. Este proceso de diagnóstico exige un análisis profundo, distinguiendo con cuidado entre los síntomas superficiales y las raíces verdaderas del problema. En el contexto ejecutivo, esto podría abarcar desde ineficiencias operacionales, hasta desalineaciones en la estrategia organizacional, demandando una introspección sincera y, frecuentemente, un cambio de perspectiva para abordar la situación.
3.- Objetivo: Definir las metas específicas es fundamental para cualquier plan de acción. Es importante que sean alcanzables y medibles, además de que resulten inspiradoras, alineándose perfectamente con la visión y los valores de la organización. Establecer un destino claro no solo motiva al equipo, sino que también concentra las energías y esfuerzos hacia la realización de objetivos comunes, proporcionando un sentido de dirección y propósito.
4.- Recursos: Identificar los elementos con los que se cuenta, tanto cuantitativos como cualitativos, constituye el cuarto paso. En el ámbito empresarial, pueden variar desde el talento humano hasta las capacidades tecnológicas y financieras. Llevar a cabo una evaluación precisa permite afrontar los retos de manera realista, diseñando planes de acción efectivos que aprovechen al máximo los activos disponibles de la organización.
5.- Efectos: Finalmente, es esencial determinar los resultados esperados y cómo se prevé que estos se reflejen en la organización. Este análisis da la oportunidad de verificar si las acciones emprendidas están conduciendo hacia el camino correcto. Además, esta fase conlleva la evaluación de posibles efectos adversos, lo que permite estar preparados para el impacto neto de las decisiones implementadas.
El modelo SCORE, adaptado específicamente al coaching ejecutivo, trasciende la mera metodología para convertirse en un enfoque continuo de enfrentamiento a los desafíos, aplicándose a un entorno que es, por naturaleza, cambiante y dinámico.
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