Llamó mi atención un reportaje alemán, que trataba el tema de “los preparacionistas” en Suecia para un posible conflicto bélico. Realizaban actividades con el fin de que no los tomaran por sorpresa y pudieran sobrevivir. Podría ser un buen momento para aplicar algunos de esos criterios en torno a nuestra administración personal y construir lo que sería una especie de “búnker financiero” que nos proteja en caso de una crisis económica grave.
Ya nos pasó con la pandemia, en la que nadie estaba preparado para resistir un lapso largo sin obtener recursos, en medio de la incertidumbre; negocios cerrados y confinamiento. Hoy el panorama es mejor, pero existen indicios de posibles descalabros, sobre todo por la elevación de los precios; el aumento de las tasas de interés; la caída de la producción en Estados Unidos; y la inestabilidad geopolítica internacional
Según el mencionado reportaje, el 20 por ciento de los suecos toman acciones para estar listos ante una guerra, mientras que muchos le dejan de dar relevancia a la protección financiera de posibles eventos que tienen mayor probabilidad de ocurrir.
¿En qué consiste prepararnos? El ahorro es uno de los principales indicadores, pues es lo que nos da solvencia si nos quedamos sin trabajo, nos enfermamos o tenemos cualquier tipo de crisis en casa. Ve construyendo tu búnker con recursos que te protejan de las eventualidades; entre más tengas disponible, más profundo es el resguardo.
Valora tus ingresos y gastos, no sólo en función de lo que puedes hacer ahora, sino de la tendencia del alza de los precios de los productos básicos y la energía. Puede ser el tiempo de revaluar tu comportamiento de consumo y de revisar opciones para elevar tus entradas de dinero.
¿Puedes vivir con lo esencial? Calcula cuál sería tu presupuesto mínimo al mes si hubiera una emergencia. Recuerda que ser “preparacionista” es ponerte en esa situación hipotética mentalmente para capacitarte y salir avante de un momento complicado.
¿Cuál es tu nivel de cobertura? Piensa en la posibilidad de una enfermedad o fallecimiento de quien provee los ingresos y adquiere seguros que aminoren el impacto.
¿Cuáles son tus vulnerabilidades? Aquí podríamos apuntar los hábitos importantes a corregir, o el endeudamiento que debemos bajar.
Este enfoque puede provocar nerviosismo, pero la intención es generar tranquilidad al saberse aptos para enfrentar las dificultades.
¿Cómo está tu búnker financiero? Coméntame en Instagram: @atovar.castro
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