Dieron a conocer lo que habían pronosticado algunos analistas; la producción bajó por segundo trimestre consecutivo y las expectativas sobre el 2022 son poco optimistas a como se presentaban a finales del año pasado. ¿Qué tanto impacta en las finanzas personales?
La perspectiva inicial era un avance en el PIB de 4 por ciento y lo están situando ligeramente por arriba del 2 por ciento. Si ya de por si era imposible recuperar los niveles previos a la pandemia de 2019, ahora menos. Incluso, se asoma una recesión, que en el peor de los casos podría implicar un retroceso respecto a 2021. Lo anterior, a pesar del optimismo del presidente.
Aunque parecen alejadas de nuestros bolsillos, las cifras están bastante cerca. Para quienes tienen una empresa puede significar la caída en su demanda; los jóvenes tendrán más apuros para encontrar empleo; se dificulta la movilidad laboral; y endurece las negociaciones salariales, entre otras cosas.
Por el momento no es una recesión profunda, en donde todos los sectores caigan, pues la globalización permite que ciertas áreas continúen con dinamismo. Por eso, es necesario afinar las decisiones en materia de finanzas personales. Es recomendable valorar el ámbito en el cual se trabaja y estar pendiente de cómo podría ser afectado y, si es posible, cambiarse a uno con mejor futuro.
En el terreno de las inversiones, recordemos que el mercado de valores no es la economía y seguirá habiendo oportunidades, sobre todo, porque la canasta de instrumentos es internacional y hay una gran variedad, tanto para tomar posiciones de riesgo, como para cubrirse si se es conservador.
Si el escenario se complica, podríamos vivir un período de “estanflación”; es decir, inflación con estancamiento productivo, lo cual sitúa a las finanzas familiares en serios apuros, pues habría menores ingresos con mayores gastos y peor para quienes estén endeudados en exceso, al acompañarse con la elevación de las tasas de interés.
Es hora de revisar y corregir la administración del dinero; no tomarlo a la ligera para procurar que esta etapa pase sin un impacto serio.
Si bien, nos conduce a la prudencia, evitemos la parálisis; en México, las crisis internas, los ajustes y los choques externos siempre están presentes. Decisiones como cambiar de trabajo, casarse, adquirir una vivienda, invertir, establecer un negocio, deberán considerarse, pero bajo la lupa de los márgenes de acción actuales. Por eso, es importante conocer nuestra realidad y perspectiva.
De ese tipo de decisiones comento en el reciente episodio del Podcast Dinero y Felicidad, te invito a escucharlo en plataformas como Spotify y Apple podcast, entre otras.
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