El término de “Economía Gig” se refiere a la vieja idea de ser freelance, solo que ahora vinculado con alguna de las muchas aplicaciones que dan toda clase de servicios. Además de ser una opción de trabajo de tiempo parcial, puede convertirse en el ingreso principal.
Al respecto, la revista especializada en Finanzas Personales, Kiplinger´s, toma el tema y presenta un estudio de la Reserva Federal de los Estados Unidos en donde arroja que el 39 por ciento de quienes laboran en ese sector buscan una entrada suplementaria; un 19 por ciento lo hace por hobby; un 16 por ciento es su ingreso primario; 9 por ciento para ayudar a su familia y un 2 por ciento para adquirir o mantener ciertas habilidades.
En México, el menor dinamismo económico implica una reducción en el nivel de ocupación y en los salarios reales, por lo que es una fuente relevante para una percepción extra.
Hace unos días tomé un Uber, y el conductor me comentaba que acababa de terminar su trabajo y planeaba hacer servicios una dos horas adicionales. Me imagino que ya te ha pasado; cada vez es más frecuente.
Incluso, es posible combinar los hobbies como el de los perros y participar en “cuida tu mascota” o si eres fotógrafo aficionado intentar vender tu material a través de Shutterstock. Se divierten y ganan una cantidad que al menos podrá servirles para darse un “gusto” como ir a cenar a un buen restaurante o algo tan significativo como comprar los útiles escolares del próximo ciclo.
Para el caso de la tercera edad es una gran oportunidad, porque además de complementar una pensión, permite mantenerse activo, salir de casa y ser productivo sin tanta presión.
Hay para una infinidad de vocaciones y avanzan las alternativas a pasos agigantados, desde el que renta un cuarto por días, prepara comida, son consultores, maestros de cualquier área o la operación en el ámbito financiero, prestando dinero o haciendo tradeing.
La economía Gig va a lo cotidiano y alcanza a todos aquellos que quieran participar de manera libre e independiente en una actividad.
Este sector está creciendo tan rápido que los canales tradicionales están preocupados y hay quien apuesta a que llegará a ser una de las principales fuentes de empleo.
Permite romper barreras impuestas por el mercado formal y aquí no cuenta la edad, género, raza o estudios. Lo relevante es el servicio, las ganas de hacerlo y la comunicación. Los testimoniales y las calificaciones son importantes para tener éxito y por eso las personas se esmeran.
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