Cuando uno empieza un negocio surge el sueño de volverse rico y es probable que eso suceda; pero mientras, es importante definir cómo se obtendrán los ingresos para la vida cotidiana, para ello pongo en perspectiva algunos aspectos fundamentales en cualquier arranque.
Dime un número entre 0 y un millón de pesos y ese podría ser el sueldo; es subjetivo, sin embargo debe haber criterios para fijarlo.
Es usual que en el inicio haya desorden al estar más motivado por la aventura que por las utilidades. La regla de oro es separar las finanzas personales del negocio, pues al final del camino no podrás evaluar ni uno ni otro ante lo confuso de la información. Sobre todo, si piensas en presentarle tu proyecto a inversionistas es bueno ser meticuloso.
Los expertos en el terreno de levantar dinero para las startups sugieren apoyar con capital personal el mayor tiempo posible, con el objetivo de aumentar el valor antes de que lo soporten externos.
En ese caso, aunque dejes de recibir un ingreso en la primera etapa, es recomendable considerarlo como aportación de capital, porque así se está haciendo sin darte cuenta.
Debe realizarse en forma ordenada a través de un plan de negocio y que el emprendedor tenga asignado un salario como CEO para responder a sus requerimientos.
De entrada será imposible pagarte una gran cantidad y tiene que ser cercano a un sueldo de mercado, según tus propias aptitudes y experiencia. La idea es cubrir el costo alternativo.
En la medida que la empresa vaya despuntando, el salario del director general puede incrementarse, pues se retribuye la capacidad, además de la responsabilidad en la institución. El punto de referencia obligado es investigar cuánto ganan posiciones similares en el ramo en donde se opera.
Pasando a una etapa de crecimiento acelerado, el ingreso tiende a ser muy elevado, pero no tan alto como para desbalancearla. Por el tamaño de la compañía, debe de estar soportado por el consejo de administración.
Existen dos flujos de dinero para el emprendedor, uno es el salario como líder de la organización y el otro como accionista, dependiendo de la participación que posea y de la política de dividendos que se fije.
El tesoro detrás del arcoíris es poder vender a un corporativo o fondo de inversión, lo cual implica obtener montos ridículamente altos por ella; empero, mientras eso sucede hay que mantenerse y tomar decisiones terrenales por lo que tener definido un salario en cada fase de la compañía es prudente.
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