El camino a la recuperación económica es lento y la pandemia nos afecta en forma severa; sin embargo, debemos actuar con seguridad en las decisiones patrimoniales, incorporando reglas básicas de prudencia.
1.- El análisis y la planeación nos dan la posibilidad de elegir con mayor grado de probabilidad buenas inversiones y rendimientos acordes con el riesgo que estamos dispuestos a enfrentar.
Nadie garantiza que algo fuera de lo común suceda y los resultados vayan en un sentido diferente a lo estimado. No tenemos una bola mágica para adivinar el futuro y por eso el pronóstico es la base de nuestras resoluciones.
2.- Nunca destinemos todo a una sola opción, pues ante la contingencia se podría perder por completo la solvencia económica. Siempre se desea “la mejor inversión”, pero lo correcto sería encontrar la mezcla que permita un rendimiento adecuado con la diversificación del riesgo.
De esta manera, si hay un problema, impactará tal vez a una parte del capital, esperando que el resto gane o, en el peor de los casos, pierda menos.
3.- Evitar tomar alternativas que desconoces como funcionan. El “me dijo un amigo” o “leí que”, son excelentes detonadores para investigar, pero muchos de quienes se quejan de haber perdido, ignoraban los detalles de la operación.
Esto es importante porque además de elegir, habrá de manejarse el “timing” de cuándo comprar o vender. Puedes destinar tu dinero a lo que quieras: acciones, derivados, bitcoins, divisas, bienes raíces, etc. Solo averigua de qué se trata cada una de ellas.
4.- Aléjate de las “promesas” de grandes rendimientos sin riesgo. Eso no existe; es sencillo, te están ocultando algo por ignorancia o dolo.
Las inversiones “milagrosas” llevan a catástrofes patrimoniales y en forma recurrente a fraudes en donde se pierde hasta la camisa. La pregunta fundamental es ¿por qué me están ofreciendo un premio superior al del mercado?
5.- Salirse a tiempo puede ser una virtud mayor a la de hacer buenas inversiones. Ya sea que vayas ganando o perdiendo, se tiene que aceptar en un momento determinado retirar el recurso.
Los seres humanos somos adversos a la pérdida y con frecuencia continuamos, aunque no convenga. Es preferible admitir el error a tiempo y buscar otras opciones.
Así mismo, la avaricia con regularidad nubla el juicio y queremos seguir exprimiendo una rentabilidad alta sin ver que se avecina una caída.
6.- Siempre cuenta con un “plan B” si no quieres sufrir las consecuencias de malas rachas. Se trata de establecer una red de protección en torno a tu flujo. Esto significa tener ingresos por una actividad secundaria; ahorrar para imprevistos; el trabajo de la pareja; seguros; negocios paralelos; etc.
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