La alternativa de laborar después de la edad oficial para jubilarse siempre ha estado presente; sin embargo, en la llamada generación Afore hay una mayor probabilidad de que ello suceda. Revisemos los elementos detrás de esta afirmación.
La Consar publicó un análisis con algunas de las características de lo que será el panorama con el cual se enfrentarán los jóvenes, pues se pensionarán con sus propios ahorros.
Los treintañeros estarán pensando en la jubilación cerca del año 2050 y2055; en ese periodo la esperanza de vida, según el mencionado instituto, rondará los 78 años para los hombres y 82.7 para las mujeres. Una elevación de 4.9 años y 6.2 respectivamente.
Para quien llegue a los 65 años, se ofrece una visión de la esperanza de vida que pasa, en números cerrados, de los 18 años en 2015 a los 24 años en el 2100.
Desde una perspectiva internacional la edad pensionable en México de 65 años no parece baja si se toma en cuenta que su esperanza de vida es inferior y que se encuentra en una etapa de envejecimiento de la población menor.
A mi juicio, la Consar pierde de vista que el comportamiento de los avances médicos se da en grandes saltos y los tiempos de los descubrimientos tienden a ser cada vez más cortos. Por lo anterior, es muy probable que la esperanza de vida aumente en forma significativa y quien cumpla 65 años en el 2065 (los veinteañeros de hoy) tengan que mantenerse otros 30 años.
En efecto, como señala el documento, “Una medida aislada” como sería el incremento de la edad de retiro de 65 a 68 años tendría resultados marginales.
Consideró que para la generación Afore la edad de retiro será opcional, porque al final lo estarán haciendo con sus propios recursos ahorrados y dependiendo de que tan eficientes son las administradoras para darles rentabilidad. Dejarlos con la alternativa de hacerlo desde los 65 años, pero que puedan alargarlo cuanto deseen, mientras el mercado laboral los siga contratando. En ese momento en el futuro habrá una mayoría de viejos y la edad, que hoy es una barrera para encontrar trabajo, podría ya no serlo en la misma magnitud.
Un hecho contundente de esta información es que la generación Afore debe estar más atenta al ahorro de largo plazo, pensando en formar un patrimonio para la vejez, dado también que el número de miembros de las familias serán reducidos y la probabilidad de apoyo baja.
La moraleja es obvia, si se es trabajador formal y tiene Afore, habrá de generar un ahorro adicional y si se está fuera del sistema procurar su propio fondo.
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