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Alberto Tovar

El feeling también interviene en los mercados



Aun cuando hay una infinidad de técnicas para predecir la evolución de los mercados e indicadores sofisticados para medir su desempeño, su comportamiento esta influido en muchas de las veces por factores psicológicos de los agentes económicos.

Basta revisar los movimientos en los mercados para darse cuenta de cómo están ajustandose en función de lo “que se cree va a suceder” y la volatilidad surge como consecuencia.

El avance tecnológico ha permitido que la información este ahora a la mano de los inversionistas; sin embargo, existe un alto grado de irracionalidad en la toma de decisiones, que en forma colectiva mueve los mercados hacia niveles inexplicables por los analistas expertos.

El objetivo típico es obtener un rendimiento de sus recursos y en el caso de un activo financiero, como son las acciones, desea comprar antes de que suban y vender antes de que bajen. Con ello, estaría maximizando su rentabilidad.

En ese contexto, el inversionista siempre estará muy al pendiente de toda la información –cuantitativa, cualitativa o especulativa- para evaluar los instrumentos y tratar de pronosticar las alzas y caídas en las cotizaciones. Es en ese momento cuando pueden adoptar posiciones “irracionales” con una perspectiva técnica.

Esta es un área de estudio conocida como finanzas conductuales (Behavioral Finance). El enfoque ha tomado relevancia después de las burbujas especulativas de 2000 y de la crisis hipotecaria de 2008.

Bajo esta visión, cuando hay codicia se tiende a ir más allá de los verdaderos valores y cuando el miedo se impone, los mercados no alcanzar sus verdaderos valores.

Un caso usado con frecuencia para ejemplificar es el de los tulipanes en el siglo diecisiete en donde las flores llegaron a negociarse a cotizaciones con los cuales se podría adquirir hasta una casa. Por supuesto, esta burbuja explotó causando enormes pérdidas. Un ejemplo actual sería el de los Bitcoins que también han encontrado precios espectaculares para luego derrumbarse.

Lo mismo pasó con el sector hipotecario en Estados Unidos y terminó con una de las mayores catástrofes financieras de la historia.

Es un aprendizaje que debemos de considerar en nuestra toma de decisiones, pues hoy en día las inversiones se desenvuelven con una elevada incertidumbre.

Una moraleja es ver a los mercados de capital como opciones de largo plazo y buscar alternativas que aun cuando no tengan ganancias increíbles, permitan un menor nivel de riesgo.

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