A través de un buen número de años escribiendo de finanzas, he recibido algunos comentarios de desesperanza, porque plantean una realidad muy complicada. Recientemente una persona de 75 años me dijo que después de “trabajar como loco año tras año” no logró la prosperidad. En otras ocasiones, jóvenes me han recriminado por recomendar el ahorro, cuando el salario apenas alcanza para lo básico.
Sin embargo, los argumentos que exponen son la principal razón por la cual es relevante estar pendiente de nuestras finanzas personales. No hay recetas mágicas y el infortunio existe; pero ¿cuál es el camino?, ¿rendirse? La pregunta, es cómo evitar que sucedan las malas decisiones o estar preparados para contrarrestar los eventos catastróficos.
La frase “nunca es demasiado tarde” es alentadora para continuar esforzándose; empero, es inadecuada si la usamos como una excusa para aplazar las acciones. Debemos aceptar un ciclo natural de la vida, que al dejarlo pasar, dificulta ciertas resoluciones. Te ofrezco ejemplos reales.
1.- Uno de los arrepentimientos más complicados de vencer es el de la vejez, porque es obvio que queda poco tiempo. Al tener una edad avanzada, sin poder trabajar y sin haber ahorrado lo suficiente o carecer de un esquema de pensión, es difícil revertirlo. Es preferible hacer un ahorro a lo largo de la vida para darle viabilidad a esa etapa.
2.- “El demasiado tarde” también surge con los jóvenes, al reconocer que dejar truncos los estudios les ha ocasionado sueldos bajos o si hubieran emprendido un negocio cuando no se tenían tantas responsabilidades.
3.- El “timing” es fundamental en las inversiones y hay quienes lamentan no haber participado en el mercado bursátil en una racha de alzas o haber comprado una casa cuando se contaba con el recurso, en lugar de derrocharlo. Las oportunidades aparecen y debe estar uno preparado para tomarlas en cuanto arriban.
4.- Además, se presenta con mucha frecuencia hacer frente a un exceso de endeudamiento, cuando ya lo persiguen los acreedores y con un quebranto personal. La salida es dolorosa y nada sencilla.
5.- Otro común, es el enfermarse o el fallecimiento de quien provee el dinero del hogar, sin tener coberturas para dichos eventos. Ahora debe sustentarse con el patrimonio o crédito.
El punto central para que “no sea demasiado tarde” es evaluar de manera constante nuestras decisiones y que ello permita modificar el rumbo e ir resolviendo con valentía, como tal vez buscar un nuevo trabajo, reiniciar los estudios o poner un negocio.
Si es posible corregir, entre más pronto mejor.
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