En esta semana de educación financiera es loable que se sumen las instituciones relacionadas con el sector; sin embargo, ¿hasta dónde llega su responsabilidad? Creo que es simplificar su posición cuando se trata de decirle a la gente “es bueno ahorrar” o “toma en cuenta estos detalles para invertir” ¿Qué hacen ellos dentro de sus organizaciones?
1.- ¿Cuántas veces has ido al banco y el ejecutivo desconoce conceptos básicos? Es claro que la única persona preocupada por nuestro patrimonio somos nosotros mismos; pero el problema es que con frecuencia en las sucursales desinforman a los clientes, los tratan con desagrado o de plano les niegan la ayuda y los mandan a consultar la página de internet o a la asistencia telefónica.
2.- Peor sucede si recurrimos a las página de Internet porque nos enfrentamos con muchos anuncios y poca sustancia. Son confusas y los datos fundamentales, como serían los productos y sus rendimientos se encuentran mal explicados.
Ni que decir del apoyo telefónico; si no eres cliente preferencial son largas las esperas y mínima la resolución.
3.- Se busca la inclusión financiera, pero en la realidad se desprecia al pequeño ahorrador. Si llega con sumas bajas recibirán un trato diferente de los ejecutivos, al no ser “negocio” para ellos.
4.- Por una parte hablan de la educación financiera y por otra se induce al endeudamiento, mandando señales de hacer gastos excesivos con las tarjetas. Dependiendo de la temporada, envían ofertas de créditos ya aprobadas, sin saber la capacidad de pago de las personas
5.- Incluso, más allá de expandir el conocimiento, colaboran con la confusión y presentan proyectos contrarios a una práctica adecuada. Por ejemplo, promociones complicadas, con rendimientos que no son uniformes durante el periodo o regalan productos y boletos para que se abran cuentas.
El dicho dice “el buen juez por su casa empieza” y el sistema bancario está lejos de ser un ejemplo sobre el tema de educación financiera. Hay una tremenda área de oportunidad para que sus clientes se sientan acompañados en sus decisiones y arropados con toda la información disponible para conocer los riesgos y beneficios de las opciones que se plantean.
Las plataformas digitales están ávidas por ingresar al mercado financiero a través de las Fintech. Lo intentan con la simplificación y una vinculación con la administración del dinero. Si los bancos no despiertan esa conciencia pronto, será otro sector que perezca ante el avance tecnológico.
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