En mayor o menor medida, todos hemos sido afectados por la pandemia, y en muchos casos se ha gestado una crisis que está conduciendo a la desesperación por la insolvencia. Te presento una crónica de eventos lógicos que provocan el quebranto.
1.- El caldo de cultivo de las dificultades se encuentra antes y es el “vivir al día” en términos económicos. Con el ingreso, se cubren los gastos necesarios y con el endeudamiento los “extras”, de tal manera que el salario se va, entre lo que se paga en forma inmediata y los mínimos de las tarjetas. Olvidemos, con este escenario, la posibilidad de tener ahorro o recursos para imprevistos.
2.- La situación empeora cuando baja el ingreso por el efecto de la contingencia de salud y la inflación hace de las suyas, pues los precios de la canasta familiar se elevan entre un 5 y un 15 por ciento, mientras que las entradas de dinero disminuyen.
De esto, no se tiene la culpa; pero si la responsabilidad de ajustar el presupuesto. Sin embargo, una práctica común es ignorarlo y seguir con el mismo patrón de gastos, por aquello de evitar preocupar a la familia.
3.- El endeudamiento empieza a incrementarse y como es imposible pagar los mínimos de las tarjetas, sé aceptan alternativas de deuda ofrecidas por el sistema bancario, además de sacar de la Afore lo que se puede recuperar por la pérdida del trabajo.
El problema es que esto no dura y pronto se cae en la insolvencia, de tal manera que se es perseguid@ por los bufetes de abogados y las tarjetas son declinadas. Es frecuente recurrir a agiotista, con un costo desproporcionado.
4.- En esas circunstancias, cualquier decisión es más complicada que las que se podrían haber seguido desde un principio; ahora se está obligado a reaccionar en condiciones de enorme presión y peor, si por mala suerte alguien enferma o surgen situaciones que aceleran la salida de recursos.
¿Qué hacer? Te sugiero cinco acciones.
1.- Reducir el flujo de dinero, gastando sólo en lo esencial
2.- Emplearte rápido, aunque el salario esté por debajo de lo que deseas o procurar una fuente de ingreso complementaria. Luego buscas algo mejor.
3.- Vender activos antes de llegar a la desesperación. Sobre todo, si son parte del problema, como el pago de un auto que sacaste a plazos.
4.- Dejar de tomar crédito y si no es posible, conseguir que sea “blando” a través de familiares.
5.- Aprender de lo sucedido y recomponer las finanzas personales con el ahorro, después de pasada la contingencia.
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