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Foto del escritorAlberto Tovar

¿Hay negocios que nacieron para ser pequeños?

Actualizado: 5 feb 2019





Alrededor del 95 por ciento de los negocios se consideran microempresas, de las cuales muchas tienen una finanzas ligadas con la familia. Siempre existe el sueño de hacerlas crecer; ¿conviene? ¿cómo llevarlo a cabo?

Comenté en este espacio que el tamaño de escala no puede avanzar en forma suave y la elevación es brusca, provocando requerimientos altos en todas las áreas de la empresa. Además, debemos voltear hacia el mercado, porque hay sectores en donde la competencia es agresiva, al ser mínimas las barreras de entrada y salida. Por ello, la rentabilidad tiende a ser baja y estable en el largo plazo.

Con dicha característica, sería imprudente invertir en exceso en el negocio pues será complicado generar mayores ingresos. Es parecido a lo que W. Cham Kim describe en su libro de Océano Azul, como un mar sangriento con una rivalidad extrema.

Este tipo de mercado lo han absorbido grandes corporaciones; aprovechando su tamaño de escala, sacan a los pequeños ineficientes para competir. Le ha sucedido a papelerías, abarrotes, ferreterías, etc.

Por ejemplo, las cadenas de tiendas de conveniencia tienen bajos márgenes de utilidad por producto y obtienen su rentabilidad por el extenso número de establecimientos y al ofrecer una infinidad de servicios adicionales. Con esto, son capaces de disolver el costo fijo de operación y de logística.

¿Cuál podría ser la solución? Cambiar a un esquema de “competencia monopolística”, que significa hacer una diferenciación con la idea de que los consumidores perciban algo “único” y por tanto se tenga la posibilidad de incrementar el precio.

En estricto rigor, es como si un pequeño negocio “fabricara” su propio monopolio, en términos de percepción del cliente para separarse del resto y tener la oportunidad de mayores ganancias.

Es dirigirse hacia un segmento o un nicho en el que coloque su producto sin tanta competencia. Un punto fundamental es que el consumidor lo aprecie, porque si bien la creatividad genera diferenciación, por lo regular le cuesta a la compañía.

Cuidado, con frecuencia escucho que se van a distinguir con calidad, atención y prontitud; sin embargo, estos atributos deben de ir de antemano en cualquier negocio y difícilmente son motivo de diferenciación.

Un enfoque que podría ser útil es el del Océano Azul; la propuesta es encontrar un ángulo en donde la competencia no sea tan elevada y se pueda obtener una rentabilidad alta.

En pocas palabras, si deseas emprender con recursos mínimos, requieres de inventiva para buscar separarte del resto del mercado, porque ahí hay ganancias bajas y un mar de competidores.

Twitter: @albertotovarc

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